En el minúsculo planeta Tierra, que gravita en un pequeñísimo sistema solar de un universo en expansión cuasi infinito, vive un ser que se siente especial.
Unos creen que fue creado a imagen de Dios y, doblemente castigado por su desmedido orgullo, se vio expulsado del Paraíso al que eternamente aspira y sufrió la multiplicación de lenguas y culturas, que le enriquecen y le empujan a la cooperación, pero también le llevan con frecuencia a la confrontación y al exterminio.
Otros afirman con aplomo científico que, fruto de la evolución, del azar y de la necesidad, no es más que “un mono desnudo” que presume -Desmond Morris dixit- de tener el cerebro más desarrollado de todos los primates del pequeño planeta en el que habita y oculta celosamente que también tiene el pene más grande..
A lo largo de los siglos, ha originado guerras asoladoras, quemado brujas, torturado herejes y exterminado, incluso de forma masiva, a los que consideraba diferentes, pero también ha sido capaz de cooperar y mostrar la profunda solidaridad de la que es capaz.
Su orgullo le impide aceptar
que haya otros seres como él en el universo, pero “haberlos haylos”, o al menos
eso es lo que han imaginado alumnos de 1º de ESO del IES “Margarita Salas”, de
Majadahonda.
Pueden aparecer en los lugares más normales: en casa cuando estás viendo la televisión en el salón o haciendo los deberes en tu cuarto, en tu jardín, en el colegio, en la calle cuando paseas a tu perro o vuelves del instituto, de paseo por un bosque o en una cafetería tomándote un bollo de chocolate… ¡Solo se requiere tener sensibilidad para descubrirlos y entenderlos! Sorprendentemente, se han encontrado “extraterrestres” muy diversos, llegados a la Tierra por error, en misión de reconocimiento o desvalidos, en busca de ayuda para salvar su planeta. Los hay bajitos y rechonchos y grandes y estirados, de colores diversos, con antenas, con tentáculos…, pero todos necesitan o quieren saber de los humanos o requieren su ayuda y, sorprendentemente, aunque se comunican de forma extraña, también pueden entenderse con ellos. Con frecuencia, son muy inteligentes y están muy desarrollados, pero todos ellos son pacíficos y, a veces, incluso invitan a visitar su planeta.
Pueden aparecer en los lugares más normales: en casa cuando estás viendo la televisión en el salón o haciendo los deberes en tu cuarto, en tu jardín, en el colegio, en la calle cuando paseas a tu perro o vuelves del instituto, de paseo por un bosque o en una cafetería tomándote un bollo de chocolate… ¡Solo se requiere tener sensibilidad para descubrirlos y entenderlos! Sorprendentemente, se han encontrado “extraterrestres” muy diversos, llegados a la Tierra por error, en misión de reconocimiento o desvalidos, en busca de ayuda para salvar su planeta. Los hay bajitos y rechonchos y grandes y estirados, de colores diversos, con antenas, con tentáculos…, pero todos necesitan o quieren saber de los humanos o requieren su ayuda y, sorprendentemente, aunque se comunican de forma extraña, también pueden entenderse con ellos. Con frecuencia, son muy inteligentes y están muy desarrollados, pero todos ellos son pacíficos y, a veces, incluso invitan a visitar su planeta.
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